miércoles, 2 de enero de 2013

“Feliz año, imbécil"



1 de enero, 2013. 4:06 am. Había despertado de golpe, todavía estaba oscuro, respire profundo, y el sonido de mi celular retumbo en cabeza. << ¿Mensaje? >>  En la oscuridad de mi habitación, seguí la luz para cerciorarme de que la compañía telefónica me deseaba un próspero año nuevo. Pero me equivoqué. “Feliz año, imbécil”  era todo lo que estaba escrito. Dibuje una sonrisa, y agradecí a la vida;  esa, la de los eventos desafortunados,  por ser tan cruel; perdón emotiva.
La última fiesta de año nuevo, que había sido hace un par de horas, fue bastante decepcionante. Mientras todos dormían, yo me alimentaba con las uvas que nadie quiso comer, al mismo tiempo improvisaba deseos malvados para mis enemigos frente al ordenador. Me sentí como aquel sujeto del que todos se burlan en Facebook, ese monstruo cachetón que es feliz con sus gadgets. A la hora cero, junto a mi desgracia; resolví por ir a lo más alto de la casa, para dizque deleitarme  con los fuegos artificiales de la manzana, pero recordé que por donde no vivo no somos famosos por ese tipo de cosas, a decir verdad no somos ni famosos.  
Fue así como termino mi tristemente célebre ¡Feliz año nuevo!  En casa, a puerta cerrada; literalmente solo, aburrido frente al ordenador, y también de la pornografía.
¿Qué como llegue a esta situación? Aún no me lo explico, de todas  formas no es tan grave como parece ya que a veces solo hay que fingir estar un poco falto de razón para pasar un buen momento, algo que técnicamente hice. Al cabo, alguien se acordó de mí y me conmemoró  como un imbécil. Claro, y en aquella velado me titule.

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